Vivimos en los tiempos de la fotografía rápida, una infinidad de imágenes que contienen todo lo que la cámara puede captar. Con la pintura es distinto. Ella resalta lo esencial, combina formas y colores para provocarnos sentimientos y recuerdos olvidados. Al mismo tiempo, tras los difuminos oculta y desdibuja todo lo que distrae la vista. Nuestra mente, que cada día recibe una cantidad inmensa de información, hace lo mismo. Borra lo que nos sobra y se queda solo con lo importante, lo que nos hace humanos.
La técnica de pintura al óleo empleada en estos cuadros siempre estuvo presente en el arte, pero nunca tan apreciada y popular como en los tiempos de los impresionistas. Manchas de colores que se funden entre sí dan vida a los momentos cotidianos de nuestros días.