En un Londres actual, un joven dramaturgo frustrado por su trabajo, llamado William Shakespeare, entra en su pequeño estudio. No tiene ni con qué comer, la inspiración parece que le ha abandonado desde hacía mucho tiempo. Su editor le pide el manuscrito de su obra La venganza de las familias y tiene menos de cuarenta y ocho horas para terminarlo. William les ruega desesperadamente, sin esperanza, ayuda a las musas del teatro. Su llamada recibe respuesta.